En esta ocasión, os presentamos nuestra primera prueba (siempre hay muchas pruebas) para el tratamiento de las aguas grises generadas en las viviendas. Hasta ahora, el sistema que heredamos de las personas que vivían aquí no permitía separar aguas grises y negras. Ahora, y como primera parte de esta propuesta de separación de aguas (con permiso del wáter seco), hemos instalado las llamadas zanjas de infiltración.
Las zanjas de infiltración son unos huecos que se abren en un suelo natural (con buen drenaje, con la mayor biodiversidad posible, etc…) donde conduciremos el desagüe de las aguas grises. Estos huecos se rellenan de materia orgánica, esparcida por niveles de descomposición o disponibilidad para los organismos que vayan a gestionar esos residuos. Es decir, se incorporan primero cantos o piedras en la base, después ramas finas de poda, hojas secas y paja, quedando ésta última superficial. El resultado es una “esponja natural” que absorberá el agua y que actuará como reclamo para los organismos que proliferarán es ese ambiente y descompondrán los residuos, dejándolos disponibles para las plantas que coloquemos en ese espacio.
Es importante que la caída de la canalización del agua se mantenga constante en todo su recorrido y que no se queden tramos en los que hagan “sifones” (bajadas y posteriores subidas) para que no existan problemas en la circulación del aire.
Veremos cómo se comporta nuestra “esponja”, si la humedad que recibe es suficiente o demasiada para que las plantas la asimilen, etc… Empieza ahora un proceso de seguimiento y observación que compartiremos con todos y todas según tengamos noticias.
Hasta la próxima!
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