Ahora que ha llegado el verano es cuando más nos acordamos del agua. Aunque en un sistema como el nuestro es un elemento fundamental durante todo el año, las condiciones climáticas de estos meses en el valle del Ebro implican que sin agua no prosperaría ninguna forma de vida.
Muchos vecinos y vecinas de Zaragoza no somos muy conscientes de que nos encontramos en una zona que podría ser calificada como desierto, según valores y distribución anuales de factores como las temperaturas, la pluviometría o la humedad. No hace falta decir que muchos de estos factores se agravarán a lo largo del tiempo (o por lo menos, se alterarán de forma impredecible) conforme los efectos del cambio climático se agudicen.
Sin embargo, otros dos factores condicionan el paisaje de nuestro entorno. El primero es que nos encontramos en una encrucijada de tres ríos: el Ebro, el Gállego y el Huerva, lo que supone que el desierto del que hablábamos se vea atravesado de norte a sur y de este a oeste por varias corrientes de agua dulce que generan unos corredores naturales de vida vegetal y animal de un valor ecológico incalculable. En segundo lugar, el paisaje de nuestro entorno, y fundamentalmente la margen izquierda del río Ebro, se ven condicionados por un legado con cientos de años de historia que condiciona definitivamente nuestro paisaje. Son las acequias.
La red de acequias de Zaragoza constituye una de las herencias más importantes de nuestro territorio. Fue desarrollada por los musulmanes cuando ocuparon esta tierra. Estos sistemas de riego han significado la posibilidad de canalizar el agua dulce, lo que ha permitido regar áreas de terreno que de cualquier otra forma hubiera sido imposible. Para profundizar en este tema recomendamos una publicación editada por el Ayuntamiento de Zaragoza titulada “Patrimonio Hidráulico en la Huerta de Zaragoza” elaborada por nuestro amigo Félix Rivas, en la que se da cuenta de la dimensión y la importancia de este legado.
No hace falta decir que desde el punto de vista de la Permacultura, el sistema de riego por acequia resulta un factor decisivo que condiciona el diseño de todos los sistemas de nuestro proyecto. ¿Cómo usarías el agua de acequia en un sistema como el nuestro?
Además del sistema de acequias yo construiría una charca donde poder almacenar el agua si no la tenéis ya (tenéis patos, no? os aconsejo los corredores indios, una maravilla, aliados del huerto). Os permitirá ganar en biodiversidad y podréis retener una cierta cantidad de agua )